Este coral negro forma colonias ramificadas irregularmente, con ramas finas y flexibles que pueden alcanzar hasta 2 metros de altura. Se encuentra en fondos rocosos profundos, a partir de los 20 metros de profundidad, siendo frecuente en el Atlántico oriental, incluyendo las islas Canarias, Madeira y Cabo Verde. Su esqueleto está compuesto por espinas lisas y triangulares, y carece de zooxantelas, por lo que se alimenta capturando partículas del agua. Aunque puede confundirse con otras especies de corales negros, se distingue por su patrón de ramificación y la forma particular de sus espinas. En sus colonias es posible encontrar a Antipathozoanthus macaronesicus, un zoántido parásito especializado que crece directamente sobre las ramas de esta especie. Su morfología arbórea crea hábitats complejos que sirven de refugio y soporte para una gran diversidad de organismos marinos, contribuyendo de manera fundamental a la biodiversidad y al equilibrio ecológico de estos ecosistemas submarinos. Su presencia es indicativa de hábitats bien conservados y con alta diversidad biológica.