Los antipatarios, conocidos como corales negros, están dentro de la clase Hexacorallia y son comunes en regiones tropicales y subtropicales a profundidades mayores de 50 m, llegando a miles de metros en algunas localidades. Son organismos coloniales con una morfología muy variable, normalmente ramificadas en forma de arbusto, abanico o pluma, o sin ramificación, tipo látigo. Con esqueleto axial proteico y espinoso, de color marrón o negro, cubierto por una capa delgada de tejido (coenenquima) con pequeños pólipos de 6, 12 o 24 tentáculos no retráctiles.
Las colonias pueden medir desde unos pocos centímetros (algunas especies del género Antipathes) a unos cuantos metros (géneros Cirrhipathes y Stichopathes). Crecen sobre sustrato duro, en áreas de baja luminosidad y fuertes corrientes. Los corales negros se alimentan principalmente de zooplancton y materia orgánica suspendida, utilizando mucosidad y nematocistos para capturar las presas. Pueden ser ingenieros de hábitat importantes para muchos organismos.