Esta anémona es conocida por su curiosa relación simbiótica con cangrejos ermitaños. Se adhiere a sus conchas, beneficiándose de los restos de alimento del cangrejo, mientras que proporciona al cangrejo defensa gracias a sus nematocistos. Su columna es lisa, y sus tentáculos cortos, dispuestos en múltiples filas. Puede confundirse con Calliactis parasitica, pero se diferencia por detalles en la disposición tentacular y patrón de coloración.